El anuncio de la familia Ruiz-Mateos que ha alertado sobre el estado de la Nueva Rumasa y ha solicitado el preeconcurso de acreedores en 10 de sus más emblemáticos grupos en preeconcurso de acreedores, ha provocado incertidumbre y nerviosismo entre sus trabajadores, inversores y proovedores de materias primas. Sin embargo, la actual situación no es como la de hace 28 años en la que el Gobierno tuvo que intervenir.
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