Curso de Liberalismo para Liberales que Votan Anti-liberal

Impartido por un liberal que no te va a decir qué votar. 

Primera Sesión, hoy hablamos de:

Las libertades del liberalismo. (Sobre Hadas o Dragones.)

(no te lo leas del tirón que puede ser un soponcio)

¿Por qué necesitamos un curso de liberalismo siendo liberales?

Menudo follón hay montado con el liberalismo. Escuchamos mil veces la palabra, corrientes políticas que no se sentarían juntas ni en una cita a ciegas de un minuto la utilizan para referirse en ocasiones a cosas que nada tienen que ver entre sí. Algunas de esas corrientes, abiertamente liberales, no se atreven ni a decirlo y quienes lo dicen, no suelen serlo.

El liberalismo se ha convertido a la vez en el bueno y el malo de la película, en esa corriente efectivamente libertadora que arrasó el improductivo medievo para terminar poniendo 14 pagas, un pisito, vacaciones pagadas, seguridad social, pensiones y educación a la plebe recauchutada en ciudadanía y a la vez, en el bicho que nos esclavizó y destruye de todo eso.

Tanta confusión no es culpa de la ciencia económica que sigue teniendo las cosas muy claritas, todo este ruido conceptual viene precisamente por los “usuarios/as” del término, por las personas que diariamente hablan de liberalismo queriendo confundir a los liberales o lo hacen desde el puro desconocimiento.

En el curso Liberalismo Para Liberales que Votan Anti-liberal, Impartido por un Liberal que no te va a decir qué votar (LPLQVA,IPULQNTVADQV a partir de ahora, por hacerlo más simple y fácil de recordar) aprenderemos a diferenciar el liberalismo y lo que quiera que esté diciendo el partido o persona que tengas delante. Al finalizar el curso recibirá totalmente gratis* su propio Carnet de Liberal Informado/a y acreditado por el LPLQVA,IPULQNTVADQV. (*Pagando solo los gastos de envío y gestión 666€…no sea que alguien me lo pida XD).

En esta primera sesión hablaremos un poco de lo que se supone que defendemos los liberales, de esa potencia transformadora que esconde el liberalismo en la forma de hadas o dragones. Como no podía ser de otra manera, el foco de atención lo vamos a poner en el concepto de libertad que propone el liberalismo porque mucho se habla de libertad pero como buen liberal deberías preguntarte ¿Cuáles son las libertades que impulsa el liberalismo?.

Porque, como todo liberal sabe, el liberalismo defiende la necesidad de fomentar y proteger una serie de libertades fundamentales que posibilitan el desarrollo de un modelo económico tan potente como para sacarnos del medievo y traernos a la modernidad. Como veremos, podemos considerar que estas libertades son hadas o dragones, pero de cualquier forma tienen la magia suficiente como para hacer posible desde una realidad mejor a un mundo de mierda, no porque lo diga yo sino porque ya lo han demostrado varias veces a lo largo de su corta existencia.

Tenemos que tener clara una cosa, la forma en la que se gestiona el equilibrio entre las distintas libertades del liberalismo es, a la postre, el origen de todos los problemas (debates) actuales de la economía.

¿Por qué el liberalismo?

El liberalismo económico nace en occidente como respuesta al antiguo orden económico de gremios, regulaciones en beneficio de una clase dominante; hambruna por infrautilización de los campos; paralización de la economía por falta de producción estable; abuso por control de mercados; pérdida de oportunidades con una revolución industrial incipiente,... todo un conjunto de acontecimientos que invitaban a pensar en el colapso del sistema productivo y sobre todo, en terribles hambrunas que cabreasen a quienes a falta de pan parece que “no comen pasteles”.

En historia existe una máxima a la que ha atendido quien ha conservado el poder: aquí quien manda de verdad es la gente y cuanto más enfadada está, manda con más autoridad. Tú tienes una espada, pero la gente es la que tiene el palo y son muchos más, es la que si se cabrea lo suficiente guillotina tu linda cabecita y se queda tan pancha. Depués podrá o no imponer un nuevo modelo, pero levantarte un día, cortar unas pocas cabezas y ponerlas en una pica se le da de miedo ese animal común que es la masa incontrolada.

Fundamentalmente en eso se basa la democracia, en una amenaza del común sobre las élites para conservar un poder siempre en litigio: el poder de decisión sobre la sociedad. Cuando está en manos del pueblo de manera formal se le llama soberanía popular pero como advertía Rousseau, al pueblo no le hace falta tener el control de manera permanente para liartela parda. La voluntad del pueblo es suprema no porque sea elegante decirlo sino porque una vez que se le pone algo entre ceja y ceja suele conseguirlo aunque la leyes, ejercitos y reyes digan otra cosa.

Por eso, desde muy pronto, la democracia se hizo liberal y el liberalismo democrático. Uno definía la forma de gobierno y con el otro, la de la economía, juntos posibilitan la sociedad moderna.

Así pues y ante el riesgo de hambrunas por falta de producción agrícola y “la fiesta” que viene después, los que mandaban se vieron obligados a dar entrada a unas ideas muy locas que traían los peligrosos burgueses capitalistas: el liberalismo económico.

Bueno, el liberalismo económico no cervecero. Ojito con la coletilla, el liberalismo no es para tomar cervecitas como un idiota mientras los viejos se mueren porque no dispones medios suficientes. Eso es sólo negligencia en la gestión de gobierno. La libertad que defendemos los liberales es infinitamente más pura, digna y poderosa que una caña o tu derecho a consumirla.

Ahora sí ¿qué libertades defendemos los liberales?

No entraremos en el concepto de liberalismo que nos perdemos en otro curso, es como pedir a alguien que te explique qué es una nave. Si te remontas a miles de años atrás, hablas del mar y remos pero actualmente ya vuelan y cambian de planeta. Es mucha diferencia entre uno y otro momento para pretender que una foto fija nos muestre la realidad. Con los conceptos pasa eso, nacen, crecen, evolucionan, a veces se meten en la droga de la contradicción y lo superan y otras, la espichan sin más y nadie se da cuenta.

Así pues, lejos de meternos en "qué es", trataremos de esclarecer el "qué pretente" y eso es más simple: El liberalismo busca empoderarnos a través de la producción y la propiedad y para ello antes debe hacernos libres. Para hacernos libres debe lograr para nosotros tres libertades fundamentales.

Ahra sí, sin más dilación, hablemos de las libertades que defiende el liberalismo:

  • 1) La libertad de trabajo:

Durante el medievo las personas estaban, en gran medida, ligadas a la tierra o a un señor, pocas eran las que podían separar legalmente su destino de las labores a servicio de otra persona con poder hereditario y entrar en el mundo profesional y muy cerrado de los gremios.

Lo normal era que murieses tal y como naciste, no existían ascensores sociales que te permitiesen nacer pobre y morir rico o siquiera, tener una vida digna. Las regulaciones existentes se hicieron, mayormente, para bloquear la libertad de la gente de trabajar en lo que quisieran.

La libertad de trabajo supone reconocer que la base de la economía, tanto del sistema productivo como del mercado, está en las personas que individualmente son propietarias de su fuerza laboral.

Al hacerlo se empoderan económicamente, con ese nuevo poder acceden al mercado a reclamar bienes dinamizandolo de una forma que ninguna otra fuerza puede en la economía. Reclaman producción e impulsan el comercio.

Pero ser propietario de tu propia fuerza laboral no es suficiente, también tienes que poder utilizarla.

  • 2) La libertad de producir.

Si tengo grandes cantidades de pelo negro puedo fabricar bigotes postizos, pero si el gremio de bogotudos me pilla me puede meter en la carcel. En el tiempo de los gremios no eras libre de producir lo que quisieras. Las regulaciones no se hacían para proteger al consumidor de bigotes o al medio ambiente contaminado por el tinte de bigotes, se hacían para limitar la libertad de producción de las personas.

Al grito de “Dejadnos currar carajotes!!” (traducción libre de “laissez-faire”) el liberalismo abrió las puertas a que todo el mundo produjese, a que los nobles alquilasen los campos en desuso, a que un bigote o una mesa se pudiera construir por cualquier persona. La gran explosión de la producción se avecinaba.

La libertad de producción incrementó la demanda de empleo que se traduce en más capacidad de adquisición y mayor volumen de comercio.

Pero ¿de qué me sirve producir si no puedo acceder al mercado para vender mis bigotes o comprar más pelo?

  • 3) La libertad de comerciar.

Por eso, la tercera libertad es la de comerciar. Mucha gente sabe que el germen de la desintegración del imperio español fue la avaricia del sector comercial ibérico, de la metrópolis.

La América española había crecido como una parte más de España, con sus provincias y sus tradiciones europeizantes. Sus grandes producciones eran controladas desde Madrid y en beneficio casi exclusivo del sector comercial que se encargaba de transportarlo a la península y venderlo a Europa.

La frase “España para los españoles” data de los últimos estertores de estos tiempos y condensa bien el sentido que impulsaba la política de estado, se refiere a que las producciones del imperio español son para beneficio de España, no para que los productores americanos vendan directamente a UK o a las colonias americanas sus productos con mayores beneficios.

La regulación buscaba coartar la libertad de comercio de las provincias americanas y bueno, antes hemos hablado del poder del palo frente a la espada. En esta tesitura, fue muy fácil para un liberal formado en europa como Simón Bolívar levantar al pueblo y sobre todo a la clase alta productiva bajo la promesa de libertad de trabajo, producción y comercio.

De esta época es interesante señalar que el grito revolucionario "Tierra y Libertad" representa precisamente eso, la salida a la pobreza por la vía de una democracia liberal, que provea en propiedad tanto de los medios productivos (tierra) como de las condiciones necesarias para ejercer la actividad económica (libertad).

Así pues, el derecho a comerciar es propio de cada individuo como necesidad del liberalismo. Como hemos visto, es un derecho necesario para que existan los otros dos y sólo por la suma de las tres libertades somos económicamente libres.

Vemos así que hay tres libertades que subyacen al liberalismo que lejos de ser independientes entre sí, están íntimamente relacionadas en la producción económica.

Estas son las libertades que tendría que, en teoría, estar defendiendo cualquiera que se haga llamar liberal.

Entre estas libertades no existe un equilibrio natural, son en realidad partes de un mismo todo (la actividad económica capitalista) que o bien se armonizan o bien, se dejan a “la lucha” en post de esa armonización resultante del proceso de enfrentar el palito a la espada. Porque lo que no te cuentan del proceso de autoregulación es que en algún momento álguien tomará en palo o la espada para "poner orden" y eso volverá a paralizar la economía.

¿Cual es el problema de las libertades?

Se descubrió muy pronto que si se trataba de dejar que las libertades se regulasen solas, quienes mandan (la gente) no solía salir especialmente favorecida. Las élites sí, ellas tenían los medios económicos y contactos legislativos por lo que eran capaces de acaparar las producciones mediante monopolios o cárteles, imponer salarios bajos “o a la calle” y precios abusivos que controlaban a voluntad. También contaminaban sin control, si de la noche a la mañana el agua potable de una comunidad resultaba que mataba a quien la tomara, pues aquí tierra y santas pascuas. ¿Las producciones agropecuarias? -va, el campo está lleno de vacas. ¿El resto de fábricas que necesitaban ese agua potable? -a la quiebra, claro. Es el liberalismo amigo, ¿o no?.

Desempleo y hambruna, pobreza y pérdida de capacidad de financiación productiva para el territorio... (tarea: busca “Minamata” para la tercera lección) La cosa se ponía fea.

Imagina que eres el gobernante (dictador, rey, presidente elitista,..) de turno y te encuentras con miles de niños muertos al año en las fábricas; la ciudad atestada de gente y enfermedades generadas por la falta de salubridad; no ya el cielo, sino absolutamente todo, incluidos tus pulmones, constantemente cubiertos de hollín. ¿Pensarías que las libertades están en equilibrio?

A este periodo de la historia se le llamó “la ciudad enferma” y el trato a la infancia lo podemos ver reflejado en los cuentos de Dickens. Realmente el control de los propietarios de los medios de producción sobre las decisiones del gobierno llegó a ser tan alto que los niños eran “comprados” por las fábricas y no podían abandonarlas hasta los 21 años, como se entenderá las fosas comunes de niños en de esa época aparecen de manera frecuente y muestran que la muerte por malnutrición no era excepcional. En estos días hemos tenido varias noticias en meneame referidas a este tema. ¿Cuánto crees que tardará en colapsar una economía así y estar aún peor que antes?

El derecho al trabajo como libertad había sido desplazado por el derecho a la producción y el mecanismo que debía dar respuesta al desigual trato que existía entre nobles y plebeyos había terminado por generar una masa aún mayor de personas pobres de solemnidad con un palo a mano.

Para colmo, el desplazamiento del campo a las ciudades sumaba problemas nunca vistos antes como masificación o ya superados como pestes y epidemias. Por otro lado, el control monopolista sobre los medios productivos no garantizaba, ni de casualidad, la tan ansiada producción que se había querido impulsar con el liberalismo.

Estaba claro que las libertades por sí solas no se trataban de tres hadas encantadoras y armónicas, que las muy puñeteras eran más bien tres dragones dispuestos a marcarse un “drakaris” sobre los otros dos a la mínima ocasión.

Y tiene sentido, al liberarlas hicimos realidad una fuerza transformadora que cambiaría el mundo pero estaba claro que había que poner riendas al asunto o la misma economía estallaría ante una revuelta generalizada, una epidemia, un abuso de mercado básico o una mala cosecha y así, liberales míos, comenzó la regulación en el liberalismo.

¿De parchear a hacer un alarde?

El proceso de regulación ha tenido dos grandes momentos por el que a fin de cuentas pasa todo sistema nuevo:

El primero es el parcheo, has metido un cambio potente, hay fallas en la implementación del modelo y actúas de manera casi reactiva, apagando fuegos y tapando agujeros. Que los peques dejen de morir a saco (aunque el trabajo infantil aún no está abolido, por cierto), que existan límites a la jornada, algo de seguridad,...las modificaciónes ya no se producen para coartar una libertad en concreto, sino para garantizar las otras dos. De forma que el conjunto siempre es más fuerte y la economía, poco a poco, se va perfeccionando.

El segundo de los momentos viene cuando te creces, dominas el medio, haces el alarde y logras que “la ciencia te obedezca”. Entonces amaestras a los dragones para que tiren del carro y hagan volar la economía. En ese momento los logros son impresionantes. Ya no actúas de manera reactiva sino proactiva, ahora no tratas de evitar los males de la humanidad, ahora el objetivo es producir los bienes de la humanidad. Ya no evitas la hambruna, ahora la economía se da un festín.

La economía marcha como un tiro, las empresas funcionan, los mercados crecen, los sueldos mejoran, la financiación fluye, los precios se contienen,...la magia se hizo en Europa.

En un futuro incierto....

Como veremos en próximas sesiones (de producirse, seamos sinceros), todas las personas que realmente estamos defendiendo el liberalismo en nuestro tiempos defendenos específicamente los logros de este segundo momento de la historia de la regulación del liberalismo, producido mayormente en Europa entre la postguerra y el comienzo de la era Reagan en USA o la “Dama de Hierro” en UK.

Lo hacemos por un motivo muy simple, el siguiente momento de la economía no arrojó beneficio alguno para la sociedad, fue un movimiento anti-liberal que nos condujo a una dinámica de crisis permanente de la economía. De fallos de autoregulación constantes.

Hasta aquí el tochazo de hoy, en la próxima sesión del curso LPLQVA,IPULQNTVADQV trataremos sobre la forma de diferenciar las corrientes científicas del liberalismo de las ideologías anti-liberales.

También aprenderemos por qué quién dice aquello de “el mercado se regula solo porque hay una manita invisible meneando las cosas" es un estúpido/a iletrado/a a quien deberías pegar en la cara con los 5 libros de las Disquisiciones sobre la Naturaleza y Causas Riqueza de las Naciones para después explicarle, como habrás aprendido, que el caballero defendía la regulación de mercados y sólo la “mano invisible” para bienes de inversión especulativos, por el bien de la libertad de producción económica y de mercado.

En resumen

Este resumen deberías hacerlo tú o esto no sería un cursillo superserio impartido por un tío superliberal. No obstante, te apoyo un poco.

Al llegar a este punto deberías saber que.

  • El liberalismo es la respuesta de la sociedad al antiguo régimen de reyes y nobles, régimen que permitió superar.
  • El liberalismo se vincula a la democracia, dando los medios de decisión a los poseedores de la mayor fuerza económica (la laboral) y artífices del mercado a través de la demanda.
  • Existen 3 libertades fundamentales que defiende el liberalismo: Libertad de trabajo, de producción y de comercio.
  • Estas fuerzas están intimamente ligadas entre sí en el liberalismo, pueden ser sinérgicas o también destruirse entre ellas.
  • La historia nos demuestra que libertad no es lo mismo que libertinaje. Si dejamos las fuerzas a su libre arbitrio no se comportan como hadas sino dragones. Sin control terminan por destruir a la misma sociedad en la que se instauran.
  • La regulación de las libertades del liberalismo pasa por dos momentos. Parcheo, en el que se intenta superar, con poco éxito la verdad, todas las burradas inesperadas del capitalismo trajo consigo y el Alarde, en el que el liberalismo obtiene el grueso de los logros económicos y sociales que le dan la preminencia actual.

Resumen en una frase:

El liberalismo doma dragones para ponerlos a tu servicio,

no los deja sueltos para que arrasen campos y ciudades.

Si has llegado hasta aquí, mis dieses para su merced.

Nota: las fases de la historia del liberalismo, obviamente, no tienen la nomenclatura aquí utilizada. No obstante, el lector no tiene la culpa de que en la academia no sepamos poner nombres normalitos a las cosas.

Solo te ruego una cosa.

Éste es un tema complejo, en el que cada cual puede llegar a tener su propia y enfrentada opinión aun si se mueve dentro de unos márgenes estrictamente académicos.

Si no ofende, si no insulta, si no es racista o machista,... ninguna opinión debería ser censurable y menos en este debate. Si crees que tu opinión nada tiene que ver con la mía, quiero leerla.

Si crees que alguien merece castigo por tener una opinión diferente a la tuya o la mía, preferiría que te pensaras dos veces si le das más importancia al palo que a la palabra.

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