"Un día apareció una iguana en la oficina. Tenía un papel amarrado en la cola que decía: no se metan con nosotros. Esa fue la primera vez que nos amenazaron", denunció el sacerdote Blas Alvarado, párroco de Tenosique, estado de Tabasco, en el sureste de México. Fray Alvarado dijo que las organizaciones criminales no lo han amedrentado y que está dispuesto a enfrentar las consecuencias de hacer pública su denuncia contra los delincuentes que operan en la zona.
|
etiquetas: drogas , narcotraficantes , curas , sacerdotes , méxico