La cultura no es de los artistas, y las políticas culturales de un Estado no deberían diseñarse pensando en el interés de quienes viven de ellas, sino pensando en el interés de todos los ciudadanos. No creo que sea bueno poner un ministerio al servicio gremial de nadie. ¿Qué pasaría si el Ministerio de Trabajo lo llevara el presidente de la patronal o el secretario general de un sindicato?
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