Un hombre fue condenado a cuatro meses de prisión por un delito sorprendente: comerse un queso. El 2 de agosto pasado, Sergio Bertazzo entró en un supermercado "con fines de consumir queso sin abonarlo". Lo que no pudo prever es que una cámara de seguridad filmaría la acción, por la que ha sido castigado. ¿Es desmedida la condena? A todos los efectos parece que sí.
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