Vivimos en un mundo audiovisual, donde hay una loca pesecución por la calidad de la imagen, por la resolución que ofrecen los aparatos: megapixels de las cámaras digitales (y de teléfonos y pdas con cámara integrada), monitores más grandes para poner los puntitos más pequeños (ya 1024×768 se nos queda corto, vamos a por los 1200) Ahora bien: ¿qué resolución tiene nuestro ojo?. Y la deducción lógica: ¿es inteligente tener aparatos que den más resolución que la de nuestro ojo?
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