Goetz era un hombre de extremos. Durante una parte de su vida se dejó llevar por un odio y rechazo extremo hacia Dios, cargando todas sus acciones de maldad con el único objetivo de desafiar a Dios. Durante otra parte, se sintió un enviado de Dios con el único objetivo de traer la bondad y la paz a aquellos que le rodeaban, para satisfacer a Dios. Al final la determinación fue obviar a ese Dios inexistente, y vivir una vida dedicada a él mismo y a su persona...
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