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Cuando las peticiones del cliente chocan con el buen hacer del desarrollador

Programadores y diseñadores, como en cualquier otra profesión, los hay buenos, regulares y malos; no vamos a engañarnos. El problema es que la calidad de sus creaciones no depende sólo de ellos, sino también de los requisitos y apetencias del cliente de turno. En algunos casos todo parece ir como la seda: el cliente tiene un problema abordable, tú le ofreces una solución eficaz y, llegados al acuerdo, la construyes. Y de repente, el apartado gráfico no le convence y empieza a querer meter mano en todo.

| etiquetas: diseño , desarrollo , programación , trabajo , opinión

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