Sencillamente, tener un coche propio dejará de tener sentido económico, y responderá más a un capricho – que además habrá que pagar en términos de seguro elevado. Es muy posible que, en un mundo en el que los automóviles conducen en su mayoría solos y no beben, no se cansan, no tienen errores, no se pierden y vigilan constantemente su mantenimiento, las propias compañías de seguros y el precio de las pólizas necesarias para darse el capricho de conducir uno mismo se conviertan en uno de los principales factores que determinen la adopción del ve
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