El historiador Daniel Okrent describe en este vídeo (en inglés) la manera en que los estadounidenses ricos se las arreglaban para burlar las duras leyes contra el consumo de alcohol durante la época de la Prohibición (años veinte y principios de los treinta). Según cuenta, muchos médicos y farmacéuticos aprovecharon una laguna jurídica para vender whisky, cerveza y otras bebidas con el supuesto fin de combatir el cáncer, la diabetes, el asma e incluso la simple vejez. Hoy aún se conservan botellas de Jim Beam "sólo para uso medicinal".
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