La locución tiene su origen en las hogueras inquisitoriales en las que ardían los libros y escritos sospechosos de herejía acompañados a veces de sus autores o impresores. Así, la frase se aplicó en principio a las obras y escritores que podían acabar en la hoguera de la Inquisición. Una versión del dicho es esta otra: “me sabe a cuerno quemado”. En su origen, significó estar en la sospecha de que alguien va a ser llevado al fuego inquisitorial por cornudo. Vía:
www.lacoctelera.com/yaestaellistoquetodolosabe