Abás es, en estos momentos, un cadáver político tras su inconfesable connivencia con Israel durante la destrucción de Gaza, confiando en que los bombardeos acabasen con sus rivales de Hamás. Además, su mandato concluyó el 9 de enero y aunque lo está prolongando bajo un "procedimiento de emergencia" muchos palestinos, empezando por Hamás, ya no reconocen su autoridad. Abás trata ahora de cambiar el reglamento electoral para salvar su carrera política. Pero cualquier arreglo de Gobierno palestino de unidad pasará inevitablemente por elecciones...
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