La hemorragia es constante y aparentemente imparable. El paciente, las infraestructuras culturales españolas, pierde sangre. Mucha. No pasa el día en que no cierre un festival de cine o de teatro, en que una cita anual que dinamizaba tal o cual ciudad de mediano formato se vea obligada a hacerse bienal o en que un ex gran centro anuncie la paralización temporal de sus actividades .
|
etiquetas: cultura , recortes , teatro , cierre