El problema va más allá, dado que en la red tenemos infinidad de webs que tienen material protegido por propiedad intelectual, por ejemplo este mismo texto (aunque en nuestro caso, la licencia es creative commons) y no se puede romper la estructura de navegación y enlaces ni catalogar como distribución un puntero HTML. Ya se corta con el mismo rasero aquel que aloja y distribuye material protegido como puede ser música, vídeo, libros o cualquier otra manifestación artística obteniendo un lucro con el mero hecho de enlazar a un site que contenga
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