Por miles de años la Phoenix dactylifera, o palma datilera de Judea fue una de las especies más abundantes del Medio Oriente. Se cultivaba en toda la región de Judea por su fruta dulce y la fresca sombra que ofrecía a las personas del desierto. Desde su aparición hace unos 3 mil años hasta los albores de la Era Común, los árboles fueron una fuente de ingresos esencial del Reino de Judea, incluso apareciendo en varias partes de la Biblia. El Rey David llamó a su hija “Tamar” en honor al nombre hebreo de esa palma.
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