Takashi Kozai, de la Universidad de Pittsburgh, ha logrado un "interfaz neural sigilosa" hecha de una sola fibra de carbono de 7 micrómetros de diámetro y recubierto con productos químicos para hacerla resistente a las proteínas del cerebro. Estos minielectrodos han permitido grabar la actividad de neuronas en animales vivos. Aunque su inserción es difícil y a veces las grabaciones se han cortado. Los electrodos tradicionales suelen fallar con los años por el tejido cicatrizal pero estos parecen ser ignorados. Relacionada:
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