El lento movimiento de las corrientes oceánicas y fluviales puede convertirse en una fuente de energía fiable y asequible. Un ingeniero de la Universidad de Michigan ha diseñado un mecanismo que aprovecha la “tecnología del pez” para la generación de energía a partir de los remolinos que causan los fluidos en torno a un cuerpo. La máquina se llama VIVACE y es capaz de funcionar en corrientes que fluyen a velocidades inferiores a dos nudos. Según su creador, este dispositivo no depende de las olas, ni de las mareas, ni de turbinas o presas...
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