Según nos cuenta Plinio el Viejo en su Naturalis Historia hubo un cónsul romano, Lucio Licinio que adoptó el “apellido” de Murena (morena) por su afición a estos animales, incluso llegó a construir un vivero donde las criaba. Fue gobernador de la Galia Transalpina y poco antes de ser nombrado cónsul, 62 a.C., fue acusado de soborno y defendido, con acierto, por Cicerón y Marco Licinio Craso (después triunviro). Otro Craso, tío de Marco Licinio Craso, fue un caso particular en su devoción, y digo bien, por estas “serpientes de mar"...
|
etiquetas: craso , morena , mar