La aplicación del criterio económico como factor exclusivo a la hora de elegir al prestador de servicios, está ocasionando que nuestros educadores trabajen cada vez en unas condiciones más precarias, sin poder alcanzar los mínimos objetivos didácticos indispensables para prestar su servicio en condiciones adecuadas, y si se consiguen, es por un sobreesfuerzo no remunerado que generosamente aportan estos sufridos profesionales.
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etiquetas: educación infantil , criterio económico , calidad servicios públicos