Tras la cena voy a rememorar a mis ancestros: a sus cultos y leyendas, a sus ritos y herencias... mediante una queimada. Recitaré entre los destellos que su fuego caprichoso desgajando baile en la penumbra la invocación obscura que es tradición leer, mientras con un cazo de madera dejo caer poco a poco las lágrimas hechas fuego del brebaje. Luego la alegría de ese fuego entrará en mi ser haciéndome uno con mis ancestros y los míos. Aquí os dejo el conjuro y la receta, por si alguien se anima a retomar la tradición.
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