La bofetada llegó de un día para otro, sin previo aviso. Natalia se encontraba solicitando un préstamo bancario cuando le comunicaron que lo mejor sería irse por donde había venido. Su nombre figuraba en el registro de morosos ASNEF por impago de varias facturas a la empresa de telecomunicaciones ONO, por lo que ya podía ir olvidándose de préstamos de cualquier tipo. El problema es que Natalia jamás en su vida había firmado un contrato con ONO.
|
etiquetas: contratos , fantasma , facturas , cobros , indebidos