Ni siquiera la cercanía de las elecciones parece que sirva para que remitan los casos de corrupción protagonizados, fundamentalmente, por concejales del PSOE y del PP. En los últimos días, recalificaciones, corrupciones urbanísticas, pelotazos, complejos turísticos, campos de golf con chalés en el hoyo adecuado, dineros ingresados en cuentas fuera del país, han servido, una vez más, como palabras que definen un panorama por demás corrupto y miserable, pero sobre todo, ilustrativo de un sistema podrido en su raíz.
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