El Consell de Mallorca en la época dirigida por Unió Mallorquina pagó el informe, que le costó a las arcas públicas 30.000 euros. Los teóricos expertos del tema solo lograron rellenar trece folios, escritos en catalán, pero repletos de faltas de ortografía y de sintaxis. Por cada folio de este informe los empresarios de Minser, defendidos por Carlos Barceló y Salvador Perera, recibieron 2.310 euros para explicar, entre otras cosas, que la mayoría de niños no dispone de tiempo para leer.
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