La entidad, así, ha expuesto que el margen de almacenaje es cada vez menor en los embalses, una de cuyas funciones es evitar que todo el agua de lluvia circule por caudal fluvial. Si se diera el caso de que los pantanos no pudieran retener más cantidad, lo que llueva desde ese momento iría directo al río, cuya cuenca sólo está regulada por presas en un 50 por ciento, sin que el resto de su recorrido cuente con control alguno.
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