El 29 de marzo de 2020, en pleno confinamiento domiciliario, dos agentes de la Ertzaintza pararon a un joven migrado y psiquiatrizado que venía de hacer una compra en la tienda del barrio. Terminaron identificándole y pegándole con la porra, al igual que a su madre, que salió de casa para explicar que su hijo está enfermo. Los vecinos grabaron los hechos.
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