El hombre aparcó en una zona prohibida. De lejos los agentes creían que iba armado, ya que tenía sus manos en el regazo y realizaba movimientos que hacían pensar que rellenaba un cargador con munición. Finalmente descubrieron al hombre semidesnudo, con su pene introducido en un bote de salsa para pasta, con el interior del coche lleno de pornografía y ropa interior de mujer. Cuando los agentes procedían a detenerlo, él se resistió, siguiendo masturándose a pesar de los forcejeos.
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