Algo más de 900 euros de multa y 8 meses de cárcel. Es la condena dictada el pasado jueves en el Tribunal de primera instancia de Casablanca, capital económica de Marruecos, contra Imad Idrissi. A este joven de 23 años se le acusa de atentar contra las buenas costumbres por comercializar juguetes sexuales y otros objetos eróticos a través de Internet. "Decidí abrir el negocio porque hace unos meses hice un estudio de mercado, vi que con la crisis la gente pensaba mucho más en el sexo", explica Idrissi.
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