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La condena a Isa Serra, un atestado policial murciano y la inviolabilidad del rey: el nexo común

La diputada de Podemos Isa Serra ha sido condenada por insultar y agredir a agentes de la autoridad durante el intento de detener un desahucio www.publico.es/politica/diputada-isa-serra-condenada-19-meses-carcel-m Lo más relevante del proceso penal es que se le condena EXCLUSIVAMENTE con base en las declaraciones de los agentes. No había ninguna prueba más en su contra, y ella aportó diversos testigos que se hallaban en la zona y desmintieron rotundamente la versión policial.

Lo acontecido en este proceso es un calco de lo que sucede siempre que la policía acusa a alguien, aunque las víctimas del presunto delito sean los propios policías: el juez acepta a pies juntillas la declaración de un solo policía aunque 20 testigos la desmientan. Solamente si existen pruebas totalmente incontestables de la falsedad de la declaración del agente (hablo de vídeos o audios) tales pruebas prevalecerán. Legalmente no tendría por qué ser así, pues la presunción de veracidad de lo que un agente plasma en un atestado o declaración solamente es imperativa en vía administrativa y no en vía penal, pero los jueces también la extienden generalizadamente al ámbito penal.

Habrá quien diga que esto debe ser así porque los policías son ejemplares servidores de la ley que jamás mentirían en perjuicio de un ciudadano. Pero no siempre es así. Hace unos años, la policía disolvió una manifestación en Murcia. En esa manifestación participaba un miembro de la PAH al que cierto agente tenía muchísimas ganas. Aprovechando la carga, el agente le empujó contra el suelo y le destrozó la cabeza con patadas y porrazos, rompiéndole el hueso del pómulo y forzando su hospitalización para ser operado.

Y la policía elaboró un atestado donde decía que el miembro de la PAH tropezó accidentalmente mientras huía y se dio de cara contra el retrovisor de una moto, sufriendo graves lesiones y SIENDO AUXILIADO por diversos agentes que presenciaron su caída. El atestado también decía que la carga policial se produjo porque los manifestantes les tiraban piedras y petardos. Pues bien, con ese atestado el policía agresor habría quedado absolutamente impune aunque 100 testigos contasen lo que había visto...pero, milagrosamente, un vecino grabó desde su balcón los hechos y aportó el vídeo a la víctima.

En el vídeo que os he colgado aparece un relato de los hechos realizado por la víctima, y a partir del minuto 4:00 se puede ver la secuencia de la agresión (antes puede comprobarse que no se tiró ninguna piedra ni petardo). Gracias a ello, hoy está procesado el policía agresor y otros dos acusados de falsificar el atestado. El juicio será en 2021 y yo participaré como abogado defendiendo a otra de las víctimas (un chico al que le rompieron un dedo de la mano de un pisotón).

Hay quien dice aquello de ACAB, y quien dice que todos los policías son ángeles. Yo digo que hay policías ejemplares y hay auténticos animales de ideología ultraderechista sedientos de sangre. El problema es que los buenos y los malos policías comparten calle. Y el corporativismo es muy malo. Existe en todas las profesiones y, cuanto más duro es un oficio y más dependes del compañero, se acentúa más. Y es perfectamente posible que un policía que jamás apalearía a nadie falsifique un atestado para proteger al nazi de su compañero porque "en el fondo es buen tío y me salvó en más de un operativo".

Por eso considero inaceptable la presunción de veracidad de las declaraciones policiales Y PROPONGO UNA ALTERNATIVA. Cámaras en los cascos de todos los agentes que graben imagen y audio y reflejen íntegramente sus actuaciones. Ya se hace en Alemania, y es el mejor modo de pillar a quien se pase, sea manifestante o agente. Incomprensiblemente, en España no se ha implementado y, para colmo, la Ley Mordaza se redactó para amedrentar a los manifestantes que pretendiesen grabar a los agentes mientras actúan ¿Casualidad? Más bien promoción de la impunidad. Es por ello que, cuando la policía acusa a un manifestante de insultarles o empujarles y sólo está el atestado, me cuesta mucho creerlo. Si llevasen una cámara en el casco, me lo creería.

Y esto me hace recordar que, mientras explicaba en clase la inviolabilidad del rey y la criticaba, un alumno me dijo que otro profesor de mi departamento defendía esa inviolabilidad porque evitaba muchas denuncias falsas y protegía la imagen del rey. Yo le repliqué "imagínate que tú te inventas que yo he robado el proyector de clase. Vas al decano y te dice que no va a abrir ninguna investigación porque los profesores somos inviolables. Toda la clase, con razón, pensará que yo lo he hecho y las autoridades me están encubriendo, y mi imagen quedará dañada. Por el contrario, si me investigan y se prueba mi inocencia, mi imagen se verá reforzada al convertirme en una víctima de denuncias falsas. Así que el motivo de la inviolabilidad del rey no es ése, sino otro muy distinto: garantizar la impunidad de una vaca sagrada a la que Franco y los militares querían mucho, y había que colocarla por encima de la ley".

El contexto de la condena a Isa Serra, lo acontecido aquel día en Murcia y la inviolabilidad del rey tienen un nexo común: el amor por el oscurantismo y la impunidad que las viejas y eternas fuerzas vivas de este país siempre han tenido. En lugar de cámaras, presunciones de veracidad. En lugar de investigaciones, inviolabilidad. Si queremos que nuestro sistema sea creíble y respetable, debemos cambiar muchas cosas. Empecemos por las cámaras en los cascos.