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Conciertos bajo sospecha

El público español comienza a acostumbrarse a las cancelaciones de última hora, sea por la mala gestión de sus promotores o por la crisis.El negocio del rock se ha convertido en un asunto muy peligroso. ¡Pero qué no cunda el pánico!Nadie pretende culpar a la industria musical de los males de una juventud desnortada, la bancarrota de las entidades financieras o, incluso, del cambio climático, puestos a exagerar con fines terapéuticos –por aquello de que la risa es un analgésico natural y barato–.

| etiquetas: rock , conciertos , cancelaciones , negocio

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