Concha llevaba una eternidad en la calle sin comer de manera adecuada, porque una patada le destrozó y le infectó la boca. Aunque la controlaban y le daban de comer, no tuvieron en cuenta lo esencial: vacunarla, esterilizarla, curar esa infección... De manera que Concha trajo al mundo tres gatitos más, a los que apenas podía lavar, debido al dolor de la boca. Fue recogida, pero para los gatitos fue tarde: murieron uno tras otro.
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