La sorpresa saltó cuando encontraron una sala cerrada e inaccesible y decidieron abrirla forzando la puerta con una palanca, puesto que nadie en el consistorio tenía las llaves. Allí descubrieron atónitos los cuerpos, algunos ya momificados y otros restos en forma ya de esqueleto, de centenares de personas sin sepultar, algunas de ellas en simples cajas de madera.
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