La explosión de una bomba en Teherán en el marco de un atentado terrorista realizado a las 08.30 A.M. el miércoles 11 de enero de 2012, terminó en el martirio del Ingeniero Mustafa Ahmadi Roshan, graduado de la Universidad Politécnica Sharif de Teherán y Vicepresidente Comercial de la planta de Natanz, así como de otro compañero suyo. El recurso al asesinato es, sin lugar a dudas, uno de los métodos inhumanos más abominables y cobardes para obstaculizar e impedir el proceso del progreso científico y tecnológico de la República islámica de Irán
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