La Brigada Político Social no quiso irse de vacío aquella noche de 1939 cuando irrumpió en el domicilio familiar para llevarse a su hermano, y como no estaba, apresaron al pequeño de la familia, el compositor Eduardo Rincón que tenía entonces 15 años y conoció de primera mano los horrores de la represión franquista. Años después, y como clandestino, llega a Asturias. Instalado en Gijón donde tenía que cambiar de pensión sin cesar para evitar ser detenido, Eduardo Rincón pudo levantar de nuevo la estructura del PCE.
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