[c&p] En la vida cotidiana, confiamos en el aspecto físico externo de una persona para calcular su edad. Sin embargo, este criterio falla más que una escopeta de feria para conocer los años con exactitud. La ciencia forense necesita recurrir a rasgos de los seres humanos que cambian de forma constante con la edad, que puedan estudiarse de forma objetiva y, a su vez, tenga un bajo margen de error. ¿Y qué rasgos especiales son esos que cambian más o menos de forma constante con la edad? Los huesos y los dientes, principalmente.
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