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De cómo no abrigar tanto a los niños en invierno

En estos días de primeros fríos emerge como una obsesión el abrigarse bien y no digamos el abrigar a nuestros pobres herederos, que aparecen forrados con capas y capas de ropa que impiden toda actividad, crucificando su estampa. El niño, o lo que queda de él, comenzará a sudar por todo su aquel con posibles consecuencias inimaginables, como que se le quede la pilila pequeña o que sufra de hongos en la vagina en caso de que sea niña.

| etiquetas: invierno , niños , ropa , abrigo , enfermos , tos , deshidratación , pediatra

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