En los últimos años en los países europeos se han producido numerosas protestas masivas. Las centenas de personas salen a las calles para manifestar su descontento por la política de las autoridades. Un buen ejemplo son las protestas de chalecos amarillos en Francia. Las manifestaciones levantaron a mediados de noviembre en contra del aumento del precio del diésel y pronto se transformaron en disturbios y enfrentamientos con la policía. Inicialmente los manifestantes protestaban contra políticas sociales y económicas del estado, pero luego sus reindivicaciones se extendieron significamente a otras demandas, incluso la dimisión del presidente actual, Emmanuel Macron. Los manifestantes de Austria, Bélgica, Hungría, Países Bajos y Serbia se unieron a la iniciativa de los franceses. Los ciudadanos del Reino Unido donde se producen protestas contra Brexit también están descontentos con su Gobierno. Pero a pesar de manifestaciones masivas, las autoridades británicas van a abandonar la UE.
Por supuesto, la organización de las manifestaciones es una de las medidas más eficaces para demostrar el descontento público. Pero generalmente a través de estas marchas no se logran cambios reales en la política del gobierno. Entonces se necesitan otros instrumentos más sotisficados para luchar contra el régimen gobernante. Aquí nos puede ayudar la experiencia de los opositores rusos. Ante la imposibilidad de celebrar mítines autorizados (el gobierno ruso niega el permiso para todas las manifestaciones), los activistas tienen que inventar nuevos métodos para enfrentarse a las autoridades. Así, el equipo de uno de los principales líderes opositores de Rusia, Alexei Navalny, famoso por sus denuncias de corrupción floreciente en el país, decidió aprovechar la situación complicada en las carreras rusas. news-life.ru/moscow/210441326/ Elaboraron y llevaron a cabo el plan de acciones que prevé la provocación de los atascos en las carreras del país a través de los incidentes simulados. Por ejemplo, los activistas dejaron los coches propios o alquilados en los puntos con más tráfico vehicular bajo el pretexto de fallas técnicas, generando así fuertes retenciones. Al mismo tiempo escribieron los comentarios criticando las autoridades y mensajes sobre los próximos eventos de la oposición en las aplicaciones electrónicas que permiten conocer el estado del tráfico y cambiar opiniones con otros conductores. Cabe mencionar que la situación del tráfico en Rusia es realmente complicada: las ciudades grandes sufren atascos diarios que causan gran descontento entre la población. La falta de atención a este problema por parte del gobierno es una de las causas principales del tráfico complicado. Así los opositores encuentran nuevos participantes de protestas y demuestran que hay un gran descontento entre los rusos con élites gobernantes y su política.
Es curioso que esta medida es bastante fácil de aplicar y no requiere muchos gastos, pero su eficacia es evidente. A lo mejor, los activistas europeos tienen que apartarse del modelo tradicional de la lucha contra el régimen gobernante que consiste en numerosas manifestaciones y tomar nota de las innovaciones de sus socios rusos, porque solo aplicando las medidas no convencionales, nosotros, todos los que no están de acuerdo con la situación en nuestros países, podremos conseguir verdaderos cambios.