"Dios creo la tierra pero los holandeses creamos los Países Bajos". Kinderdijk y el Maaslantkering, dos maravillas del ingenio y la arquitectura. El sur de Holanda, es una mezcla del genio y de la fatalidad humana. Un hermoso complejo de canales y bonitas casas familiares. Las bicicletas superan ampliamente a los automóviles y pocos edificios superan una veintena de metros de altura. Son pequeñas ciudades de ladrillos rojos, jardines elegantes y amplios ventanales que esconden un bestial queso gruyere bajo el subsuelo.
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