Me levanté bien temprano, y ya vestida me quedé mirando el carnet de la UCD que me habían hecho sin mi permiso unos amigos míos. Me habían liado para ir de apoderada a una mesa electoral. Hacía mucho frío, cogí el abrigo de pieles que me había regalado mi marido y me dirigí al colegio. Nada más llegar, allí estaba la televisión. Al verme joven y arreglada eligieron a su víctima perfecta. Me hicieron una entrevista y colocaron en mí el resto de miradas.
|
etiquetas: transición , constitución , inconstitucionalidad