Si le gusta Javier Bardem tanto como para ir a verle en “Come, reza, ama”, abra los ojos y tápese los oídos. Si no le gusta, regocíjese con la voz tan poco varonil que le han puesto, un doblaje que ha dado alas a los puristas. También lo ha hecho el ministro Gabilondo, que quiere que aprendamos inglés en versión original. Y un tercer argumento: una guionista ha descubierto el “truco” de los títulos en español. Para echarse a temblar.
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