Es una práctica habitual de esta empresa. La firma, ante cualquier movida que considera que afecta a su imagen de marca, saca la maquinaria de lavado de cara y compra espacio en todos los medios para colocar su mensaje de paz y amistad. Así lo hizo un día después del fallo del TS que tumbaba el ERE de 2015. Ahora, Coca-Cola intentaba desviar la atención para evitar los efectos del boicot por su vínculo con Israel y se gastó una cantidad gorda de pasta en un campaña publicitaria en el sur de Asia que salió mal.
|
etiquetas: coca-cola , boicot , israel