El dióxido de carbono capturado de la atmósfera e inyectado en basalto se transforma en roca sólida al cabo de dos años de almacenamiento. Un proyecto de campo realizado en Islandia inyectó CO2 pre-disuelto en agua en una formación de basalto, donde se almacenó con éxito. En 2013, investigadores del 'Pacific Northwest National Laboratory' y de la 'Big Sky Carbon Sequestration Partnership' inyectaron 1.000 toneladas de CO2 en basalto al este de Washington. En 2015 se había convertido en mineral: ankerita. En español:
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