Científicos organizan un Club de la Lucha con ratones de laboratorio, enfrentándolos en torneos y estudiando luego los cerebros de los que ganan tres combates encontrando que conforme se vence se es cada vez mas agresivo y que el que combate en propio campo ademas de testosterona (agresividad) mantiene excitadas las áreas cerebrales de recompensa y motivación teniendo ventaja sobre el que ataca. El aumento de agresividad y placer por el combate aumenta proporcionalmente a las victorias hasta que supera el "buen juicio" y hace cometer errores
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