Si los objetos animados no pueden dar su consentimiento, ¿debe considerarse como agresor sexual un individuo que mantiene relaciones con su bicicleta? No es una pregunta teórica, sino una cuestión que un tribunal escocés ha resuelto con un rotundo "sí". El acusado es Robert Stewart y el incidente se produjo en la ciudad de Ayr, al sudoeste de Escocia. En concreto en el Aberley House Hostel, en octubre del año pasado.
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