"Todo el mundo siempre pensó que esta profunda corriente [del Golfo] operaba como una cinta transportadora, pero este concepto no se mantiene", dice Susan Lozier, profesora de oceanografía en la Universidad Duke. El agua fría del Mar de Labrador no sigue la costa. "Para saber más sobre cómo se propagan las frías aguas profundas tendremos que hacer más mediciones de las profundidades del océano en el interior, no sólo cerca de la costa (...) Así que va a ser más difícil de medir estas señales de cambio climático en las profundidades del océano"
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