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Un cinéfilo legal que ve la luz y se pasa a las descargas

Ya está. Punto. Y final. Se acabó. Ahora sí lo tengo claro: voy a ser pirata. Y filibustero. Y descargador ilegal. Me autoinculpo. Que vengan a prenderme y llevarme preso. Porque, en cuanto sepa cómo demonios funcionan las Mulas, Torrentes y demás programas P2P, pongo un ordenata a descargar sin parar, 24 horas al día non stop. Juro que, hasta hoy, no me he bajado ilegalmente ni un fotograma de cine ni un acorde musical. Pero hasta aquí hemos llegado.

| etiquetas: descargas , cine , piratas

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