Este hallazgo sería un gran avance en la elaboración de un muy ansiado examen para diagnosticar la enfermedad, que destruye la memoria y otras facultades mentales a las personas que la sufren y que antes solamente se podía hacer por medio de una autopsia. Al parecer, un patrón de comportamiento de 23 proteínas que flotan en la espina dorsal identifican el Alzheimer.
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