No hay rayos láser, ni torpedos de protones. Ni siquiera extrañas razas alienígenas. Battlestar Galáctica quiso ser una serie que se alejara de los mitos sci-fi y las palabras usadas por los aficionados para 'inventar' nuevas o futuras tecnologías. En su lugar, naves disparando balas, misiles nucleares y una nave - la Galáctica, más parecida a un portaaviones destrozado que a una elegante nave futurista. Kevin Grazier, de la NASA, explica en "La ciencia en Galáctica" su trabajo como asesor científico de la serie.
|
etiquetas: battlestar galáctica , ciencia , espacio , scifi