En 1911, el doctor Oscar Troplowitz, jefe del laboratorio farmacéutico alemán Beiersdorf, dio vida la primera emulsión de aceite en agua. Este ungüento revolucionario no se enrancia como sus predecesores hechos a base de grasa animal. Por ello, recibió el nombre de Nivea por el latin niveus (blanco de nieve). Después se le agregaron esencias de naranja, bergamota, lavanda, rosa, lilas y un toque de lirio de los valles: Y así nació la crema Nivea. En Alemania y en Austria, su textura untuosa tuvo un éxito fulgurante entre la clientela pudiente.
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