Roger Mildenhall, había estado en el extranjero durante más de un año, cuando su vecino le informó de que una casa suya había sido puesta en el mercado y se encontraba en proceso de ser vendida. Mildenhall después se dio cuenta de que otra de sus propiedades ya había sido vendida en junio. Los estafadores habían robado la cuenta de correo electrónico de Mildenhall y documentos personales, posteriormente escondieron el dinero en cuentas bancarias chinas.
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