Un mono se sienta en un banco, con cables que van de su cabeza y su muñeca a una pequeña caja electrónica. Al principio la muñeca yace floja, pero en 10 minutos, el mono comienza a flexionar sus músculos y a mover la mano de lado a lado. (...) Una conexión nerviosa en la parte superior de su brazo fue anestesiada, deteniendo las señales que viajan de su cerebro a su mano, lo que le dejó los músculos temporalmente paralizados. El mono sólo era capaz de mover el brazo porque los cables y la caja negra evadían la conexión rota.
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